1. |
Gaucho Cantor
03:40
|
|||
[Canto I]
Aquí me pongo a cantar
Al compás de la vigüela,
Que el hombre que lo desvela
Una pena estraordinaria
Como la ave solitaria
Con el cantar se consuela.
Pido a los Santos del Cielo
Que ayuden mi pensamiento;
Les pido en este momento
Que voy a cantar mi historia
Me refresquen la memoria
Y aclaren mi entendimiento.
Yo no soy cantor letrao,
Mas si me pongo a cantar
No tengo cuándo acabar
Y me envejezco cantando:
Las coplas me van brotando
Como agua de manantial.
Yo soy toro en mi rodeo
Y torazo en rodeo ajeno;
Siempre me tuve por güeno
Y si me quieren probar,
Salgan otros a cantar
Y veremos quién es menos.
Mi gloria es vivir tan libre
Como el pájaro del cielo:
No hago nido en este suelo
Ande hay tanto que sufrir,
Y naides me ha de seguir
Cuando yo remuento el vuelo.
|
||||
2. |
Sirviendo En La Frontera
03:05
|
|||
[Canto III]
Cantando estaba una vez
en una gran diversión,
y aprovecho la ocasión
como quiso el juez de paz...
se presentó, y ahi nomás
hizo arriada en montón.
Yo no quise disparar,
soy manso y no había porqué,
muy tranquilo me quedé
y ansí me dejé agarrar
Al mandarnos nos hicieron
más promesas que a un altar,
el juez nos jue a proclamar
y nos dijo muchas veces:
muchachos, a los seis meses
los van a relevar.
Nos mandaba el coronel
a trabajar en sus chacras,
y dejábamos que las vacas
las llevara el infiel.
Una vez entre otras muchas,
tanto salir al botón,
nos pegaron un malón
los indios y una lanciada,
que la gente acobardada
quedó dende esa ocasión.
¡lo viera a su amigo Fierro
aflojar como un blandito!
salieron como maíz frito
en cuanto sonó un cencerro.
Ahí no más me tiré al suelo
y lo pisé en las paletas;
empezó a hacer morisquetas
y a mezquinar la garganta...
pero yo hice la obra santa
de hacerlo estirar la jeta.
De la indiada disparé,
pues si me alcanza me mata,
y al fin me les escapé,
con el hilo de una pata.
|
||||
3. |
De Vuelta Al Rancho
05:36
|
|||
[Canto VI]
Vamos dentrando recién
a la parte mas sentida,
aunque es todita mi vida
de males una cadena:
a cada alma dolorida
le gusta cantar sus penas.
Se empezó en aquel entonces
a rejuntar caballada,
y riunir la milicada
teniéndola en el cantón,
para una despedición
a sorprender a la indiada.
Que en esta despedición
tuviéramos la esperanza;
que iba a venir sin tardanza,
el jefe contó,
un menistro o qué sé yo-
que le llamaban don ganza.
Nunca juí gaucho dormido;
siempre pronto, siempre listo,
yo soy un hombre, ¡qué cristo!,
Nada me ha acobardao,
y siempre salí parao
en los trances que me he visto.
En medio de mi inorancia
conozco que nada valgo:
soy la liebre o soy el galgo
asigún los tiempos andan;
pero también los que mandan
debieran cuidarnos algo.
Una noche que riunidos
estaban en la carpeta
empinando una limeta
el jefe y el juez de paz,
yo no quise aguardar más,
y me hice humo en un sotreta.
Volvía al cabo de tres años
de tanto sufrir al ñudo
resertor, pobre y desnudo,
a procurar suerte nueva;
y lo mismo que el peludo
enderecé pa mi cueva.
No hallé ni rastro del rancho:
¡sólo estaba la tapera!
¡Ay mi Dios si aquello era
pa enlutar el corazón!
¡Yo juré en esa ocasión
ser mas malo que una fiera!
¡Quién no sentirá lo mesmo
cuando ansí padece tanto!
Puedo asigurar que el llanto
como una mujer largué:
¡ay, mi Dios: si me quedé
más triste que jueves santo!
Mas también en este juego
voy a pedir mi bolada;
a naides le debo nada,
ni pido cuartel ni doy:
y ninguno desde hoy
ha de llevarme en la armada.
Aunque muchos creen que el gaucho
tiene alma de reyuno,
no se encontrará a ninguno
que no le dueblen las penas;
mas no debe aflojar uno
mientras hay sangre en las venas
|
||||
4. |
Pelea Con El Negro
04:37
|
|||
[Canto VII]
De carta de más me veía
sin saber a donde dirme;
mas dijeron que era vago
y entraron a perseguirme.
Nunca se achican los males,
van poco a poco creciendo,
y ansina me vide pronto
obligado a andar juyendo.
No tenía mujer ni rancho
y a más, era resertor;
no tenía una prenda güena
ni un peso en el tirador.
Supe una vez, desgracia,
que había un baile por allí,
y medio desesperao
a ver la milonga fui.
Riunidos al pericón
tantos amigos hallé,
que alegre de verme entre ellos
esa noche me apedé.
Al ver llegar la morena,
que no hacía caso de naides,
le dije con la mamúa:
va-ca-yendo gente al baile.
a los blancos hizo Dios,
a los mulatos san pedro,
a los negros hizo el diablo
para tizón del infierno.
Lo conocí retobao,
me acerqué y le dije presto:
po-r-rudo que un hombre sea
nunca se enoja por esto.
Corcovió el de los tamangos
y creyéndose muy fijo:
¡más porrudo serás vos,
gaucho rotoso!, Me dijo.
Pegué un brinco y abrí cancha
diciéndoles: caballeros,
dejen venir a ese toro.
Solo nací- solo muero.
Tiró unas cuantas patadas
y ya canto pal carnero:
nunca me puedo olvidar
de la agonía de aquel negro.
Y dicen que dende entonces,
cuando es la noche serena
suele verse una luz mala
como de alma que anda en pena.
|
||||
5. |
Ser Gaucho Es Un Delito
03:15
|
|||
[Canto VIII]
Y como con la justicia
no andaba bien por allí,
en cuanto pataliar lo vi,
y el pulpero pegó el grito,
ya pal palenque salí
como haciéndome chiquito.
Monté y me encomendé a Dios,
rumbiando para otro pago,
que el gaucho que llaman vago
no puede tener querencia,
y ansí de estrago en estrago
vive llorando la ausencia.
Él andaba siempre huyendo,
siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido
como si juera maldito;
porque el ser gaucho- ¡barajo!,
El ser gaucho es un delito.
Él nada gana en la paz
y es el primero en la guerra;
no le perdonan si yerra,
que no saben perdonar,
porque el gaucho en esta tierra
sólo sirve pa votar.
Vamos suerte, vamos juntos
dende que juntos nacimos;
y ya que juntos vivimos
sin podernos dividir-
yo abriré con mi cuchillo
el camino pa seguir
|
||||
6. |
Matreriando
05:38
|
|||
[Canto IX]
Matreriando lo pasaba
ya a las casas no venía;
solía arrimarme de día,
mas, lo mesmos que el carancho,
siempre estaba sobre el rancho
espiando a la polecía.
Viva el gaucho que ande mal,
como zorro perseguido,
hasta que al menor descuido
se lo atarasquen los perros,
pues nunca le falta un yerro
al hombre más alvertido.
Se venían tan calladitos
que yo me puse en cuidao;
tal vez me hubieran bombiao
y ya me venían a buscar;
mas no quise disparar,
que eso es de gaucho morao.
Vos sos un gaucho matrero,
dijo uno, haciéndose el güeno.
Vos mataste un moreno
y otro en una pulpería,
y aquí está la polecía
si te resistís hoy día.
Pero en ese punto mesmo
sentí que por las costillas
un sable me hacía cosquillas
y la sangre me heló;
desde ese momento yo
me salí de mis casillas.
Di para atrás unos pasos
hasta que pude hacer pie;
por delante me lo eché
de punta y tajos a un criollo;
metió la pata en un hoyo,
y yo al hoyo lo mandé.
Tal vez en el corazón
le tocó un santo bendito
a un gaucho, que pegó el grito
y dijo: ¡Cruz no consiente
que se cometa el delito
de matar a un valiente!
Y ahi no más se me aparió,
dentrándole a la partida;
yo les hice otra embestida
pues entre dos era robo;
y el Cruz era como lobo
que defiende su guarida.
|
||||
7. |
Por Culpa De Una Mujer
04:56
|
|||
[Canto X / Cruz]
Amigazo, pa sufrir
han nacido los varones;
estas son las ocasiones
de mostrarse un hombre juerte,
hasta que venga la muerte
y lo agarre a coscorrones.
Tampoco me faltan males
y desgracias, le prevengo;
también mis desdichas tengo,
aunque esto poco me aflige:
yo sé hacerme el chango rengo
cuando la cosa lo exige.
Yo nunca me he de entregar
a los brazos de la muerte;
arrastro mi triste suerte
paso a paso y como pueda,
que donde el débil se queda
se suele escapar el juerte.
¡Grandemente lo pasaba
con aquella prenda mía,
viviendo con alegría
como la mosca en la miel!
¡Amigo, qué tiempo aquel!
¡La pucha, que la quería!
Pero, amigo, el comandante
que mandaba la milicia,
como que no desperdicia
se fue refalando a casa;
yo le conocí en la traza
que el hombre traiba malicia.
Es triste a no poder más
el hombre en su padecer,
si no tiene una mujer
que lo ampare y lo consuele:
mas pa que otro se la pele
lo mejor es no tener.
|
||||
8. |
A Los Indios Me Refalo
03:53
|
|||
Ya veo que somos los dos
astillas del mesmo palo:
yo paso por gaucho malo
y usté anda del mesmo modo;
y yo, pa acabarlo todo,
a los indios me refalo.
Pido perdón a mi Dios
que tantos bienes me hizo,
pero dende que es preciso
que viva entre los infeles,
yo seré cruel con los crueles:
ansí mi suerte lo quiso.
Y yo empujao por las mías
quiero salir de este infierno:
ya no soy pichón muy tierno
y sé manejar la lanza,
y hasta los indios no alcanza
la facultá de gobierno
Si hemos de salvar o no,
de esto naides nos responde;
derecho ande el sol se esconde
tierra adentro hay que tirar;
algún día hemos de llegar-
después sabremos a dónde.
No hemos de perder el rumbo:
los dos somos güena yunta.
El que es gaucho ve ande apunta
aunque inora ande se encuentra;
pa el lao en que el sol se dentra
dueblan los pastos la punta.
El amor como la guerra
lo hace el criollo con canciones;
a más de eso en los malones
podemos aviarnos de algo;
en fin amigo, yo salgo
de estas pelegrinaciones.
En este punto el cantor
buscó un porrón pa consuelo,
echó un trago como un cielo,
dando fin a su argumento;
y de un golpe el instrumento
lo hizo astillas contra el suelo.
Ruempo, dijo, la guitarra,
pa no volverme a tentar;
ninguno la ha de tocar,
por siguro tengaló;
pues naides ha de cantar
cuando este gaucho cantó.
|
Nicolás Ferreiro recommends:
If you like Nicolás Ferreiro, you may also like:
Bandcamp Daily your guide to the world of Bandcamp